ANTONIO PRECIADO
Por Aldo Díaz Lacayo
En
con motivo del bicentenario del primer grito
de la primera independencia de América
Empiezo por donde debo de empezar: reconociendo mis limitaciones en el campo de la literatura. No es ésta la forma de expresión de mi compromiso social. Mi vocación es la historia, el análisis de las contradicciones sociales, las luchas por la liberación del hombre.
Incluida la poesía, la literatura solo es para mí un placentero complemento de mi quehacer vocacional. Soy, pues, únicamente, un lector apasionado, sensible, y no pocas veces estudioso.
Esta es la razón por la cual acepté —con atrevimiento, pero con sano orgullo— la honrosa invitación que me hiciera nuestro amigo, de Nicaragua y de
Me resulta imposible, en consecuencia, hacer una crítica literaria teórica. Desconozco los fundamentos de las distintas escuelas o corrientes poéticas de hoy día, y no estoy en capacidad de precisar a cual de ellas pertenece Antonio Preciado. Sólo pretendo, pues, reflexionar sobre el autor y sobre su obra, a partir de mi propia sensibilidad y vocación.
Antonio Preciado
Antonio Preciado es un poeta afroecuatoriano universalmente conocido, por sus propios méritos. No de hoy, sino desde el inicio de su quehacer poético. Tan altos estos méritos que el presidente Rafael Correa, convencido del valor de la cultura como sustento de la revolución, le llamó para fundar y organizar el Ministerio de Cultura de su país, que no existía; y posteriormente para que se hiciera cargo de
Aquí en Nicaragua también se le conoce y se le valora y se le aprecia por todo lo que su obra significa como aporte a la cultura latinoamericana-caribeña; condición que bastaría para reconocerle. Pero además se le admira y se le quiere por su inmensa calidad humana, finalmente condición suficiente de la trascendencia: desde, pero más allá, de su obra poética. ¿De dónde le viene esta calidad a Antonio Preciado?
►El inconsciente colectivo
Desde hace algunos años vengo reflexionando sobre el inconsciente colectivo. Las raíces culturales más profundas de cada pueblo, sembradas a partir de su encuentro con la conciencia de sí mismo, con la historia. La forma particular de ir dominando su propio medio hasta su adaptación definitiva, y su defensa permanente; produciendo para este propósito el instrumental necesario para su desarrollo material y espiritual. La cultura, pues, es la impronta identitaria de cada pueblo: matriz que lo orienta en su quehacer humano, en sus luchas históricas, precisamente para reafirmar su identidad frente a la agresión de potencias extranjeras, que siempre es cultural. Arma y escudo, defensa y protección, para lograr su pervivencia como pueblo, como Nación.
Leo la poesía de Antonio Preciado y asocio esta lectura al inconsciente colectivo que le anima, y pienso inmediatamente en su doble raíz originaria: africana y nuestramericana, y me aventuro enseguida a sugerir otra hipótesis: que los negros de
No sólo porque llegan a estas tierras desde el inicio de
A partir de estas luchas, la población negra amplía su inconsciente colectivo. Al originario africano, que jamás la abandonará —no sólo por propio, sino porque es connatural al nacimiento del hombre, que parte de África a poblar la tierra, y que por lo mismo le permite insertarse en Nuestra América conforme a ese impulso natural—, a ese inconsciente colectivo que es el primigenio de la humanidad, los negros nuestramericanos agregan parte importante del de la población indígena, y del de los criollos. Todos ellos dan paso al inconsciente colectivo del mestizo: la nueva raíz cultural de esta nueva etnia universal, identificada mucho más tarde como latinoamericana. Una nueva etnia-cultura que trasciende la pureza étnica de sus distintos componentes.
►Esmeraldas
La conjunción evidente de esta raigambre cultural es, sin embargo, excepcional. Este es el caso de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, cuna del poeta Antonio Preciado —y de las piedras preciosas del mismo nombre, imán de colonizadores. Ahí llegaron los negros y se posesionaron, literalmente, de ese importante pedazo de Nación. Los negros Antón y Alonso de Illescas —este último originalmente fincado en Sevilla, España, con domino del castellano—, fueron sus primeros gobernadores. Los negros se mezclaron, desde entonces, con los nativos. Una provincia mayoritariamente de zambos.
Pero además, por su posición geográfica, la parte más norte del litoral pacífico ecuatoriano, Esmeraldas fue también puerta de entrada de los colonizadores blancos —por cierto rechazados por la población nativa, el 21 de septiembre de 1526, fecha de su fundación. No es de extrañar, entonces, que esta primigenia provincia ecuatoriana haya sido igualmente la primera en declararse absolutamente independiente del imperio español, en agosto de 1820. Entonces, decir esmeraldeño es decir carta de ciudadanía originaria del Ecuador.
De ahí, con ese inconsciente colectivo múltiple, viene nuestro amigo y correligionario el poeta Antonio Preciado. De ahí también le viene su profunda calidad humana, razón suficiente de su trascendencia como hombre. De ahí su inmenso amor a su Patria y su compromiso incondicional con su liberación; expresado ahora este compromiso en
►Grito de Quito
En este espíritu de defensa a
Se le reconoce esta primacía histórica a Quito porque no fue un grito solitario, aislado. Su extendido eco repercutió y fue reproducido, consecutiva e inmediatamente, con la misma pasión, convicción, y sonoridad, por todos los pueblos suramericanos. Fue, pues, el Grito de Quito el inicio real de la independencia nuestramericana. Rindamos, pues, merecido tributo a los próceres quiteños, incluidos los negros de esta ciudad meridiana de América. Tan actuales en este momento de revolución por su segunda independencia. ¡Viva el Grito de Quito! ¡Viva
Obra poética de Antonio Preciado
Con este trasfondo hago la lectura de la obra poética de Antonio Preciado. Desde mi propia sensibilidad y desde mi propia vocación social, como dije al principio. Y aunque esta afirmación resulte aberrante para los críticos literarios ¿de qué otra manera se puede apreciar el quehacer humano, la cultura, si no es desde la propia personalidad del observador-lector?
Desde esta perspectiva propia, la poesía de Antonio Preciado no me resulta exclusivamente negra. Siendo predominantemente negra, de indiscutible raíz africana, es también expresión acabada del inconsciente colectivo afro-indígena y afro-latinoamericano, mestizo. Esto es lo que me resulta extraordinario, deslumbrante, en la obra de Antonio Preciado. Pero, además —y esto quiero subrayarlo— por la conjunción de estos tres componentes culturales originarios (negro, indígena, mestizo), integrados naturalmente, la poesía de Antonio Preciado alcanza estatura universal.
Esta es la razón por la cual su obra es trascendental en el ámbito de la cultura nuestramericana. Por eso su obra ha sido traducida al inglés y al francés. Por eso el Poeta Preciado ha sido tan laureado, en su Patria y fuera de ella. Porque su hoja de vida es, igualmente, expresión acabada de nuestro propio inconsciente colectivo.
Pero existe otro elemento que también quiero subrayar: la poesía de Antonio Preciado es otra destacada muestra, entre miles a lo largo de la historia, de que ningún colonizador, antiguo y moderno; ningún poder del mundo, ni el actual norteamericano, puede derrotar al inconsciente colectivo mientras esté viva la palabra. Desde los petroglifos la palabra es expresión y al mismo tiempo renovación permanente de la cultura propia.
►La raíz africana de su obra
La poesía negra del poeta Antonio Preciado, reminiscencia de África desde su natalidad americana, es una fiesta de espectros, en medio de luces, sonidos, sombras, movimientos. La misma reminiscencia indígena evocada desde el inconsciente primigenio de África. Una mezcla maravillosa, extraordinaria. Única, que desborda lo africano, sin dejar de serlo.
En una obra tan vasta me resulta difícil encontrar un ejemplo. A mí me gustan, sus primeros poemas. Escojo uno, el que más siento, el que me permite definir la raíz negra de su poesía negra
MATÁBARA DEL HOMBRE BUENO
¡Atabé!
¡Atabé!
¡Ururé!
¡Matábara!
Tengo una hoguera de estrellas,
de las estrellas más altas,
y un lugar en plena luna
para que arda.
La claridad crece y crece
con fuerza de cien mañanas.
Cátala, catún, balé,
Catún balé caté cátala.
Tengo aquí una antigua vena,
innumerables pisadas,
un gran latido redondo,
cien volcanes
y una lágrima,
malabón caramba aché,
un tropel de viejas ansias,
un ay que ruge por dentro,
un pan,
una gota de agua
y cientos de ojos que miran
con una misma mirada.
¡Ah!
Los ángeles se han perdido
de las vías más andadas.
Cátala catún balé,
catún balé caté cátala.
¡Aquí tengo, para un grito,
polvo de trece gargantas!
Un hueso de cada muerto,
el largo de tu pisada,
y aquí yo te resucito
las vidas que te hacen falta.
¡Cátala catún balé,
catún balé caté cátala!
►La raíz afroindígena de su obra
Por su parte, la raíz afroindígena de la obra del Poeta Preciado revela, como es natural, la identidad entre las poblaciones originarias de primera y segunda generación. La identidad entre negros e indígenas, en este orden, porque el inconsciente indígena es posterior al propio, al primigenio de África. Escojo como ejemplo
LOS SABE HERMANO Y LES TIENDE EL CORAZÓN
Desde cuando llegamos
hemos venido andando
con el dolor pegado a la piel,
a las manos,
a los pies, tan cansados de este camino largo,
y hemos aumentado
hasta ser una mancha indeleble,
hasta poder decir
que ya somos de aquí
como los ríos
o como las montañas.
Por eso es que en tu muerte estoy muriendo
y siento que resbalo por tus lágrimas,
por eso es que la herida que me duele
es tuya,
enorme,
abierta,
hermana,
por eso los mineros de Bolivia
me duelen en el alma,
por eso es que sumamos los dolores
y entregamos la hoguera que trajimos
al total de la rabia.
►La raíz mestiza, latinoamericana, de su obra
En cambio, su poesía mestiza —que igual que toda su poesía está plagada de palabras con sonidos que evocan su inconsciente primigenio—, tiene la particularidad de ser específicamente libertaria, rompecadenas, independentista. Propia de nuestro tiempo nuestramericano, tiempo que arranca con
EN SUMA
Unánime,
colmado,
numeroso,
hoy me convoco a este levantamiento,
y oigo mi vocerío
llamándome en el eco de las viejas tonadas
y en los sangrantes alaridos que andan
por los alrededores de mis huesos.
Hoy en definitiva me congrego,
me afluyo sin cesar,
me arremolino,
subo por mis raíces
sin nacer todavía,
presentido,
y me empujo hacia afuera
y me encabezo
y, multitudinario, yo me sigo.
Voy mirando hacia atrás,
rememorándome,
cantando a coro una canción perdida.
Hoy me uno a mi gentío
y en la marcha,
al paso jubiloso de mis plantas,
florecerán las piedras del camino.
Antonio Preciado, poeta universal
Desde luego, la anterior clasificación de la poesía de Antonio Preciado sólo corresponde a mi hipótesis sobre el inconsciente colectivo. Pero —debo reiterarlo—, su poesía no proyecta específicamente una sola raíz cultural. La conjunción natural de sus tres raíces culturales, en una sola, como sustrato de la forma de decir sus más profundos sentimientos, convierte su poesía en universal.
Lo universal, pues, está dado por la conexión natural entre su múltiple raíz cultural, y la forma de decir sus sentimientos, con los sentimientos humanos. Sentimientos comunes a la humanidad, con independencia de raza, religión, nacionalidad. Conforme a la ideología universal de liberación. Es decir, conforme a la única ideología universal del hombre, que lo orienta al reencuentro consigo mismo y con la naturaleza.
Negra indígena latinoamericana, multicultural, que es la mayoría, su poesía es universal. Una calidad cotidianamente comprobada, porque no hay ciudadano de
Muchas gracias compañero Embajador del Ecuador. Muchas gracias hermano Poeta afroecuatoriano latinoamericano universal, Antonio Preciado, por el honor que me has concedido de referirme a tu obra desde mi propia sensibilidad y vocación.
Muchas gracias a todos por escucharme.
Managua, jueves 6 de agosto de 2009
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